Aunque estábamos a 4 grados bajo cero y nevando a intervalos, el primo Róber y yo no perdimos las ganas de arrancar esta nueva temporada al son de la dulzaina y el tamboril en las fiestas de Santa Águeda en Castrillo de Sepúlveda (Segovia).
Mil gracias a todas las aguederas castrillanas por la ilusión y la animación que mostrásteis es éste, vuestro día. Y muchas felicidades por vuestra festividad.