¿DE QUIÉN HABLAMOS?

Sergio Pleite es un músico y cantante (compositor, arreglista, director de coro...) especializado en la música tradicional castellana, gallega, nacional e internacional.

Ofrece espectáculos musicales basados en el canto tradicional acompañados por múltiples instrumentos de percusión convencionales (panderetas, panderos, cajón peruano...) y no convencionales (criba, sartén, almirez, carajillo, bastón de cascabeles...).

Conciertos para todo tipo de eventos, acompañamiento musical con dulzaina, gaita gallega, conciertos didácticos en colegios, conservatorios, escuelas de música...

ENTREVISTA A JUAN JOSÉ CID "ZAPATONES" EN EL NORTE DE CASTILLA

El próximo 29 de agosto, el certamen de El Escorial, que cada año premia a una figura del mundo de la música, homenajeará a Juan José Cid por su trayectoria como dulzainero y por las escuelas que ha abierto en la sierra de Guadarrama para difundir este instrumento. Pese a ser un gran reconocimiento, Cid se muestra tranquilo y sigue trabajando como siempre en su otra pasión: su tienda de instrumentos Musical Segovia, la cual regenta desde hace 11 años.

-¿Cómo empezó su carrera como dulzainero?
-Empecé en el año 1982, cuando se abrió la escuela de dulzaina de la Diputación Provincial, que la había llevado hasta entonces Agapito Marazuela. Fernando de El Nuevo Mester de Juglaría, Salvador Lucio y yo fuimos de la primera promoción.
-¿A qué clase de eventos acude?
-Certámenes y romerías como las de la Virgen de Gracia en San Lorenzo del Escorial o la Virgen de la Herrería. También tocamos en bodas, alegrando la fiesta a los novios haciendo brindis o cantando a la novia, como se hacía antiguamente.
-¿Trabajan más en verano que en otras fechas?
-Trabajamos durante todo el año. Las fiestas de invierno comienzan con las matanzas, luego viene San Antón, San Sebastián, el día de Reyes o Santa Águeda.
-¿Cree que la dulzaina ayuda a mantener la tradición castellana?
-Por supuesto. Es curioso ir a cualquier fiesta y si no hay una dulzaina parece que falta algo. En Castilla es inimaginable una boda de un pueblo sin una dulzaina, queda soso, falta algo.
-¿Qué significa tocar en una ciudad como Segovia?
-Es el orgullo más grande que puede sentir alguien que se dedica a esto. Tocando en los sitios emblemáticos, miras atrás y piensas en todos los que han estado allí antes que tú, te acuerdas de toda esa gente mayor y la alegría que se ha transmitido siempre con la dulzaina.
-¿Está orgulloso de que también sus hijos se hayan dedicado a la música?
-Desde luego. Alberto, mi hijo mayor, ha comenzado este año una orquesta y ha trabajado muchísimo hasta que lo ha conseguido. Y mi hijo pequeño, Rubén, está sacando dos de las carreras más difíciles que hay: composición y dirección de orquesta y con muy buenas notas. Tienen vocación.